martes, 6 de mayo de 2008

Chiquito y yo

Alguien me advirtió que mi primer carro sería azul... eso lo escuché con escepticismo no sólo porque no me agrada ese color para un carro si no porque veía muy dificil que yo tuviese carro -con lo que el color carecía de importancia- sin embargo, más pronto de lo que imaginé la idea empezó a hacerse posible y el carro de la amiga de un amigo fue la mejor opción!!!!

Así llegó ese Corsa a mis manos, sin saber manejar sincrónico pero con un deseo inmenso de salir volando en él... aprender fue todo un tema pero fue algo que superé en poco tiempo, acostumbrandome ya a lo pilas que se debe manejar en una ciudad como caracas... siempre que lo iba a buscar el condenado carrito parecía esconderse detrás de otro más grande por lo que vivia con el susto de que "me lo habían robado" solo para comprobar que estaba justo donde lo dejé pero que su pequeño tamaño no me dejaba distinguirlo.

Así le salió el cursi, de niña y tonto sobrenombre de "Chiquito", así es como llamo yo a mi Corsa y practicamente todo el que me conoce sabe que es así... aprendí a escuchar sus ruídos, a saber que es lo que está debajo del capó, a sentir cada hueco y por supuesto a agarrarle cariño... como no, es mi primer carro!!!

En el he pasado muchas cosas, hasta ha tenido -aveces- la picardía de dañarse en momentos claves y la mala maña de vararse casi siempre con la misma persona. En chiquito besé al "piccolo", en chiquito he llorado despechos y preparado para citas... como no quererlo!!! Por supuesto que en la parte mecánica responde bien, tiene fuerza en las subidas, no recalienta y le gusta el aire prendido y por eso tambien lo quiero.

Pero como dice una amiga, ha llegado la hora de que Chiquito haga feliz a otra persona... hace una semana compré un Gol -usado pero más nuevo que el anterior- y mañana firmo la venta del Chiquis... yo se que no se debe apegarse a lo material pero tengo un despecho por mi carro, mi primer carro!!!!

Espero que Chiquito haga feliz a su nueva dueña y la acompañe tan fielmente como me acompañó a mi. Por mi parte seguiré queriendo agarrar carretera y seguir perdiendome, ahora con un carro que hasta los momentos es impersonal pero más conveniente y que seguro le tendré el mismo cariño que al chiquis. Por cierto, no se peló quien me lo advirtió... mi primer carro fue azul.